
Pero los jueces Duane Ford y C.J.Ross vieron ganador a Bradley: 115-113; el tercero, Jerry Roth, dio vencedor a Pacquiao: 115-113. La tarjeta de foxdeportes.com fue 117-112 a favor del asiático.
Pacquiao no es más el temible golpeador que era (en sus recientes cinco triunfos, cuatro fueron por puntos), aunque por lo mostrado parecía encaminarlo a otra victoria por la misma vía.
Igual de sorprendido con el resultado quedó Timothy, un peleador impetuoso que supo presionar a Manny, aunque su potencia de puños está lejos de ser imponente: no conectó sólido y sus mejores envíos se estrellaron en los brazos del filipino.
Con el saldo, el escándalo en la arena expresó la incredulidad de quienes siguieron el choque por TV, y la satisfacción de muchos más por la derrota del filipino de la misma forma en que él venció a Juan Manuel.
Daño hecho...
Lo peor no fue ver la coronación de un boxeador que parecía no merecerlo.
Lo peor fue atestiguar otro ‘atraco’ en nombre del boxeo, con el filipino como víctima.
Da igual si Timothy es un gris campeón… si la revancha está firmada para el 10 de noviembre… si el choque Manny-Floyd Mayweather Jr luce más lejano… o si sancionan a los jueces. Todo ellos se irán algún día.
Lo que queda es el boxeo y su credibilidad, que ya está muy golpeada.
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